Apuntes de lectura #1: 3X2=8 de Diego Puig
Leer, como vivir, debería ser una fiesta. ¿Siempre? No. ¿La mayor parte del tiempo? No sabemos. ¿En el mejor de los casos? Fuck yeah! Entonces, ¿por qué a veces cuesta tanto leer?
Mucho se puede decir sobre los libros, los autores y las editoriales. Algo diremos sobre este conjunto de relatos de Diego Puig. Pero antes, hagamos un elogio al error, al riesgo y a la apuesta como estrategias para leer y vivir.
Durante mucho tiempo se ha insistido en que leer es igual a comprensión, interpretación y formación, cultura. Los cínicos hablan de placer o inutilidad, pero callan sobre cómo funciona ese placer y qué lo diferencia de comer chocolate o mirar el techo. Sin embargo, el título de este libro es 3X2=8, un error de cálculo. ¿Por qué ese título? ¿Es una provocación?
3X2=8 nos dice que toda apuesta, como toda lectura, se basa en conjeturas e hipótesis, no en certezas. Nadie lee con fervor si sabe exactamente qué va a encontrar. Ese no saber es una de las cualidades más hermosas de la literatura: el viaje, el misterio, la sorpresa, lo contraintuitivo. Pero no como un texto que expulsa o maltrata al lector necesariamente. La sorpresa y el misterio también son formas de contención, que nos envuelven y susurran imágenes, emociones e ideas.
La lectura extractivista —que busca obtener información, interpretaciones o verdades— es el cáncer de la literatura. No leemos para saber ni corroborar lo que ya sabemos. Leemos literatura porque es un acto vital. La página impresa cobra vida con nuestra lectura, imaginación y cuerpo. Leer es insuflar vida al texto. Leemos para sentir, pensar, conversar con nosotros mismos y con los demás, para estar menos solos, para imaginar y especular sobre la vida.
3X2=8 es un libro sobre el cuerpo para leer con el cuerpo. Ideal para sentir las palabras en la piel o el estómago, no solo para decodificar significados. ¿Acaso alguien cree que vivir es solo interpretar? En los cuentos de Diego Puig, las palabras vibran en la mente y en la piel. Los personajes son entrañables, al punto de sentir sus cuerpos imaginarios junto a los nuestros. O, al menos, sentir el deseo de contacto físico. Los mundos que Diego crea nos invitan a viajar, amar y trabajar junto a sus personajes. En nuestros cuerpos se descargan las imágenes sensoriales y los recursos técnicos. Pero sobre todo, sentimos las emociones que la literatura nos ofrece: sutiles o audaces, combativas o compasivas.
Para alcanzar una lectura vital, debemos trabajar nuestra disposición como lectores. Recordemos que la curiosidad generosa es el gran motor del milagro literario. Sin curiosidad no hay apuesta ni hipótesis. Y si no sabemos, estamos expuestos al error, lo cual es maravilloso.
Intenten explicar a alguien por qué aman cierta oración o por qué un párrafo es tan significativo. Esa curiosidad por el mundo, los cuerpos y los amores —arriesgada y llena de conjeturas— está en el centro de los cuentos de Diego. Ya sea en la tensión entre lo recordado y lo imaginado en Adele y yo en Londres, en la justicia social de la renta básica universal en Éxtasis de oro, en un policía parapsicológico cuántico de elite norteño, o en un grupo de tucumanos que, amontonados por el viento y el cambio climático, viajan a África escapando quién sabe de qué. Y quién sabe hacia dónde. El libro en su conjunto nos pregunta: ¿qué nos queda cuando la promesa de felicidad como sentido de la vida se ha vuelto tan elusiva, casi inalcanzable para muchas personas?
3X2=8 es siempre un error, un error de cálculo y el error de los cuerpos, y así es mejor leído este libro. Porque, seamos sinceros, hay formas mejores y peores de leer. No todo da lo mismo. El cliente y el lector no siempre tienen la razón. Al igual que la editorial y el autor, el lector debe esforzarse por dar lo mejor de sí, cumplir con su deber de la mejor manera posible, en el sentido más libre y festivo.
Si este libro está en tus manos, léelo equivocadamente, como viven los personajes de los relatos: asumiendo riesgos, sin certezas previas, dejándote despeinar por los vientos que soplan en sus páginas. Acercate a su belleza con tu cuerpo, tu mente, tu corazón y tu piel. O quedate lejos de todo eso, sacando datos irrelevantes, verdades que duran cinco minutos. La buena lectura es física, comprometida, curiosa, alegre y entusiasta. Solo así la literatura de este libro, y todo lo que te proponemos desde Gerania, será la fiesta que vos y tu vida se merecen, en el mejor de los sentidos, en el mejor de los casos.